Fin de la era Nokia

septiembre 6, 2013

Juan Carlos Díaz Lorenzo

Lejos de constituir un motivo de alegría, la noticia de la venta de un gigante llamado Nokia a Microsoft ha causado cierta tristeza en Finlandia. Durante muchos años, Nokia ha abanderado el éxito tecnológico y económico del país, con un 19 % del PIB –lo cual nos da una idea de su envergadura–, pero este ciclo ha llegado a su fin. El primer ministro, Jyrki Katainen, dice que es pronto para saber cómo va a funcionar esta alianza estratégica y confía en que la nueva etapa aporte resultados positivos. Pero todavía está por ver el impacto en el número de puestos de trabajo directos y en estos días se respira una mezcla de emoción, tristeza y muchas preguntas para las que todavía no hay respuestas.

Lo cierto es que Nokia en los últimos años no era la sombra de lo que había llegado a ser en sus tiempos de esplendor. En 1998 era el mayor fabricante de móviles del mundo hasta que el año pasado cedió ese puesto a la oriental Samsung. Algunas voces críticas apuntan al derrumbe del gigante finlandés como resultado de una cuidadosa operación incluido un caballo de Troya llamado Stephen Elop, cuando desembarcó en septiembre de 2010 como consejero delegado de la multinacional y en lugar de barrer para casa, lo hizo atendiendo a los deseos de su antigua empresa, Microsoft, que es ahora la nueva propietaria de Nokia, por la módica cantidad de 5.540 millones de euros. El objetivo está claro: ganar cuota de mercado para competir en mejores condiciones frente a la ola arrasadora de los gigantes Google con Android y Apple con IOS.

Interior de la sede de Nokia, en su edificio inteligente de Espoo

Los acontecimientos parecen demostrar el aserto. Stephen Elop, canadiense, trabajó casi tres años al frente de la división de empresas de Microsoft. Seis meses después de su nombramiento al frente de Nokia se anunció una nueva estrategia que supuso el final del desarrollo del sistema operativo Symbian y con ello ponía a la compañía finlandesa a los pies de Windows. Catalogado en algunos ambientes como “un topo”, lo cierto es que ahora el gigante norteamericano tendrá acceso a un importante núcleo de patentes y de la cifra publicada de su compra, unos 1.650 millones de euros corresponden a los derechos tecnológicos. Atrás quedan muchos puestos de trabajo eliminados, la venta de la sede central en Espoo –que es uno de los emblemas de la arquitectura contemporánea de Finlandia– y la drástica reducción del departamento de investigación y desarrollo, que era la joya más preciada de la otrora poderosa compañía.  

Por lo que se ha publicado, Nokia representa en estos momentos el 80 % del mercado de Windows en móviles. Si hasta hace unos días Microsoft ganaba 10 dólares por cada dispositivo vendido por Nokia con el sistema operativo Windows, a partir de ahora serán 40 dólares. Es decir, se multiplicará por cuatro, con lo cual se estima que en 18 meses la inversión será rentable. Mucho ha tenido que ver en toda esta estrategia y operación Steve Ballmer, que ha expresado su deseo de abandonar Microsoft en el plazo de doce meses, tiempo en el que habrá que encontrarle un sustituto.  Stephen Elop mantiene el tipo y tiene asegurado un puesto en el consejo de administración de la nueva Microsoft-Nokia.

Nokia no consiguió mantener su liderazgo del mercado con los nuevos móviles

Nokia viene pasándolo mal desde que Apple irrumpió con su iPhone y en apenas seis años se ha derrumbado y ha perdido la relevancia que tenía a nivel mundial. Su éxito era, en parte, el éxito de Finlandia, país tecnológicamente puntero. Hubo un atisbo de renacimiento cuando sacó al mercado el modelo Lumia, pero no fue suficiente, pues la fortaleza de sus rivales se lo impedía. La crisis que vive Europa también ha tenido su influencia en el curso de los acontecimientos. Un dato: Google y Apple copan el 86 % del negocio de la informática móvil y Microsoft no llega al 4 %. A partir de ahora, Nokia será el pilar de la nueva Microsoft, si es que la maniobra consigue mantener a flote el sistema operativo, algo que todavía está por ver. La operación se financiará con dinero que está en su mayor parte fuera de EE.UU., evitando así el pago de impuestos.

La generación post Nokia seguirá trabajando en el desarrollo de software y tecnología. Son profesionales jóvenes muy valiosos y cotizados. Pero está claro que el fin de la era Nokia ha llegado, como confirmó esta semana el ministro de Asuntos Económicos, Jan Vapaavuori. Atrás quedan los reiterados desmentidos de los portavoces y ejecutivos de ambas compañías, aunque el guiso estaba en un gran caldero en la cocina. El paso ya está dado y se hará efectivo en el primes semestre de 2014. Siete años atrás, en 2007, Nokia parecía invencible –de cada 100 móviles vendidos, 63 eran de la marca finlandesa– pero los analistas entienden que no supo adaptarse a tiempo a la transformación radical que supuso la llegada de los dispositivos táctiles y todo su universo. Pensaron que sería una moda pasajera. Y el tren tecnológico, el mismo que ellos habían desarrollado con tanto éxito, acabó arrollándolos.  

Fotos: Juan Carlos Díaz Lorenzo