Juan Carlos Díaz Lorenzo

Pilar Menéndez, ejemplo de constancia y dedicación, acaba de jubilarse después de 45 años de trabajo en la Embajada de Finlandia en España. Su voz dinámica y dulce, alegre y respetuosa, era la primera que nos atendía al otro lado del teléfono y el primer saludo cuando visitamos la representación diplomática en Madrid.

Pilar Menéndez empezó su trabajo en la Embajada el 1 de octubre de 1965, en tiempos del embajador Lauri Hjelt. En aquel tiempo la sede estaba emplazada en un chalet de la calle Carbonero y Sol y contaba con una plantilla de cuatro personas. Además de atender al teléfono, también se ocupaba de preparar el café para el personal y de la limpieza del inmueble.

Durante las cuatro décadas y media en que Pilar Menéndez trabajó para la representación diplomática finlandesa, la Embajada cambió dos veces de sede: calle Fortuny y en el Paseo de la Castellana, donde se encuentra desde julio de 1982. Con el paso del tiempo se ocupó preferentemente de la recepción y del teléfono, condición que le llevó a tratar y conocer a innumerables personalidades, autoridades, diplomáticos y amigos que visitaban la Embajada y, por supuesto, a todos los cónsules de Finlandia en España y el personal de la representación diplomática.

Pilar Menéndez, ejemplo de honradez, seriedad, buen y bien hacer

Las relaciones diplomáticas entre Finlandia y España se remontan a la independencia del país, acaecida el 6 de diciembre de 1917, cuando el Gobierno del presidente Kaarlo Juho Stahlberg  nombró a un encargado de negocios en Madrid. El 31 de marzo de 1939, en tiempos del presidente Kyösti Kallio, Finlandia reconoció al gobierno de Franco y mantuvo relaciones amistosas durante la Segunda Guerra Mundial, etapa en la que el país nórdico sólo tuvo representación consular en España y, paralelamente, el embajador de España en Finlandia permaneció “oficialmente ausente” entre 1946 y 1952.

En 1955, normalizadas las relaciones diplomáticas entre los dos países, Finlandia nombró a un nuevo encargado de negocios en España y dos años después, en 1957, cuando el presidente Urho Kekkonen asumió la presidencia del país, fue nombrado el primer embajador plenipotenciario en la persona de Tapio Voionmaa, que permaneció en el cargo hasta 1960. Desde entonces, incluido el actual, Markku Keinänen, la Embajada de Finlandia en España ha tenido trece embajadores plenipotenciarios.

Las relaciones entre los dos países han sido tradicionalmente buenas y fructíferas y, al mismo tiempo, se ha consolidado un intercambio a todos los niveles. La entrada de España y de Finlandia en la Unión Europea es un hecho que, sin duda, ha contribuido a un mejor acercamiento y conocimiento entre ambos. España, además, es uno de los destinos preferidos del turismo finés. Un diez por ciento de la población finesa viaja todos los años de vacaciones a España, eligiendo destinos tradicionales, como la Costa del Sol y Canarias. Todos estos acontecimientos recientes también forman parte, de alguna manera, de las vivencias de Pilar Menéndez. 

En el plazo de 45 años de vida laboral, Pilar Menéndez ha conocido a doce embajadores: Lauri Hjelt (1961-1966), Aaro Pakaslahti (1966-1969), Jussi Montonen (1969-1972), Heikki Hannikainen, (1972-1978), Joel Pekuri (1978-1984), Carolus Lassila (1984-1987), Heikki Kalha (1988-1990), Eeva-Kristiina Forsman (1990-1996), Pekka J. Korvenheimo (1996-2001), Kaarlo Murto (2001-2005), Maija Lähteenmäki (2005-2009) y Markku Keinänen (desde 2009).

Pilar Menéndez, primera voz al descogar el teléfono de la Embajada

Algunos de los embajadores y el personal de la Embajada han sido compañeros de Pilar Menéndez incluso en dos ocasiones, primero como funcionarios en prácticas y después de dos décadas como funcionarios de carrera, caso del actual embajador Markku Keinänen y el ministro consejero Hannu Ripatti. Muchos de ellos han mantenido su amistad con Pilar en el transcurso del tiempo. Y una labor como la suya, constante y eficiente, tiene su merecido reconocimiento y recompensa. La presidenta de la República, Tarja Halonen, le concedió el 15 de noviembre de 2005 la medalla de primera clase con cruz dorada de la Orden de la Rosa Blanca de Finlandia.

Con la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen

En honor de Pilar Menéndez se celebró una comida en la residencia del embajador Keinänen, en la que éste le preguntó cuál era la anécdota más curiosa e inolvidable que recuerda de su vida laboral. Sin pensárselo dos veces, Pilar le contestó que la experiencia más impactante fue aquel día de 1969 cuando por la mañana llegó al trabajo y como siempre, entró directamente al despacho del embajador. Al entrar se llevó un susto tremendo al encontrarse con un ataúd. Ella sabía que el embajador Pakaslahti había fallecido en Madrid, pero nadie le había dicho que sería llevado a la Embajada para el velatorio y la guardia de honor. Para una joven de su edad aquella situación le causó una impresión imborrable.

Toda una señora, jovial, correcta y exquisita en el trato

Jubilarse significa experimentar un gran cambio en la vida cotidiana. Pilar, que reside en Toledo e iba y venía todos los días a su trabajo en la Embajada con exquisita puntualidad, siente nostalgia al despedirse de sus compañeros, con algunos de los cuales lleva trabajando más de 25 años. Nosotros le reconocemos no sólo su probada eficacia, sino también su buen y bien hacer como persona. Y, paralelo al sentimiento de amistad, discurre también la satisfacción del deber cumplido.